Mapa de heridas - Cuarta Pared
20.02.21


Ana se cita con cuatro hombres diferentes, todos mayores que ella: un jubilado de la construcción, un jefe de almacén, un padre de familia que busca sexo con chicas jóvenes y un divorciado que vive con sus padres. Ellos no se hacen una idea de quién es Ana, pero Ana sabe muy bien lo que ellos le hicieron a su madre treinta años atrás. La violaron por turnos. La dejaron embarazada. Y Ana, que fue el fruto involuntario de ese ataque, creció toda su vida creyendo que el hombre que la había criado era su padre biológico. Ahora que ha descubierto la verdad de su origen, siente que hay algo que debe hacer con todos ellos. Pero no sabe el qué. Sólo sabe seguir un impulso que tal vez la ponga en peligro. O tal vez el mayor peligro de todos sea el de encontrarse cara a cara consigo misma.



Un mapa es una representación de la realidad, normalmente a escala 1: 25.000, que sirve para ubicarse en un sitio o para encontrar un lugar dentro de ese sitio.

Una herida es algo que no ha sanado. No se manifiesta necesariamente en el plano físico-corporal. Una herida es información; por lo general, información que se ignora, o bien porque no se escucha o bien porque no se entiende.

Un mapa de heridas es un árbol genealógico. Un recorrido invertido hacia el cuerpo originario de nuestro clan, pasando por todas sus ramas, nudos y agujeros hasta las raíces que sustentan toda la historia.

Todo puede rastrearse en un mapa de heridas, pero un mapa siempre va a mentir por definición. Para comprender eso que la herida revela, hay que abandonar el árbol e internarse en el bosque.

Una vez se descubren las historias heredadas y el trauma que nos conforma (y no hay nadie que no venga de un relato traumático, porque la violencia es el gran argumento del colectivo), uno ya puede decidir no ser eso.

Nuestra propuesta escénica tiene que ver con sacar la herida oculta a la luz, con habitar los distintos cuerpos que han servido de mapa para todas esas heridas, y sobre todo, tiene que ver con saltar al vacío desde ahí. Con lo que le pasa a nuestra protagonista (Ana) cuando quiere dejar de ser Ana, cuando deja efectivamente de serlo, cuando ya no sabe quién es.

Las heridas en las que ponemos el foco tienen que ver con la violencia sexual, y este tipo concreto de violencia tiene, sin lugar a dudas, un género definido. Por tanto, el concepto de género es fundamental en nuestra pieza. Pero lo es sólo para desafiarlo, para revertirlo, incluso para despedazarlo. Si deseamos romper la (falsa) identidad, también deseamos el mismo destino para el género. La invocación del vacío es de naturaleza inmisericorde y arrasa con las certezas. Con todas. Sobre todo, con aquellas que distinguen el bien del mal. La práctica mística es sumamente violenta. Y Mapa de heridas es un ejercicio de mística.



Mapa de heridas es un drama áspero e intimista para dos intérpretes construido como un puzle donde el espacio y el tiempo son posibilidades y las piezas se resisten a encajar de una sola forma.

El proyecto nace impulsado por el VII Programa de Desarrollo de Dramaturgias Actuales del INAEM, y ha sido escrito dentro de ese marco. La violencia sexual es uno de sus ejes centrales, la semilla a partir de la cual crece y se desarrolla la identidad de Ana, pero es el descubrimiento de esta semilla y lo que ello precipita donde reside el corazón de la obra. La historia es, al mismo tiempo, una deconstrucción y una construcción nueva, incipiente, torpe, un andar a ciegas por un territorio oscuro. De ahí la idea de ‘mapa’, y de ahí también la ambigüedad espacio/temporal de la propuesta, ya que todo en ella es un intento de (re)conocerse en el otro y de volver a situarse en un mundo que, de pronto, se ha vuelto incierto y abiertamente hostil. Por esa misma razón, no está muy claro quién de los cinco personajes masculinos habla cuando les brota la palabra del cuerpo, como tampoco muchas de las acciones descritas tienen un género definido.

El objetivo es trascender el prejuicio de lo que se supone que debería pasar entre una joven y un hombre de mediana edad en una situación potencialmente violenta, así como borrar los límites entre víctima y victimario para propiciar un espacio incómodo de encuentro, como lo son todos los espacios donde las diferencias se anulan. Ése es el lugar escénico que nos interesa y con el que trabajamos de forma habitual.

También es el sentido y el “para qué” de esta propuesta; propiciar la identificación con el otro en un momento tan polarizado como el que vivimos ahora, y bucear en el significado de la violencia que habitamos y legitimamos aun sin darnos cuenta.

La madre del cordero es una compañía de creación e investigación escénicas. Su trabajo está planteado a partir de los conceptos de ‘identidad’ y ‘género’. Aunque se apoya en fuentes o sistemas de pensamiento muy diversos, la mística y la fenomenología de la violencia son las dos vigas maestras de la casa. El objetivo de la compañía es la alimentación de un proceso permanente de investigación y la creación de espacios de encuentro escénico donde los opuestos se alcanzan y se anulan en la identificación mutua. A partir de textos del dramaturgo y director Sergio Martínez Vila, La madre del cordero plantea una revalorización del cuerpo y de la identidad (individual, colectiva), una celebración de sus cambios, y un diálogo artístico con la ineludible realidad de que estamos aquí para ver cómo todo se transforma en otra cosa. Eso también puede ser un motivo de gozo.



SERGIO MARTÍNEZ VILA

Sergio Martínez Vila es dramaturgo, director y realizador de cine. Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid, ha cursado también
Dirección de Cine en la ECAM (Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid).

Tras un periodo de docencia en el Instituto Cervantes De Nueva Delhi (India), se instala nuevamente en Madrid a partir del año 2012 para dedicarse a la escritura y a la creación teatral y audiovisual. Ha recibido el XL Premio Born de Teatro por la obra La obediencia de la mujer del pastor, así como el X Premio LAM (Leopoldo Alas Mínguez) por El océano contra las rocas, el XXXVI Premio Max Aub por el monólogo No temáis. Yo vencí al mundo (estrenado en la temporada 20/21 del Teatro Echegaray de Málaga, con dirección del propio autor) y el XII Premio Ricardo López de Aranda por Cabeza de mujer (Tête de femme). Asimismo, sus textos han tenido presencia en festivales como el Surge (Madrid), Tercera Setmana (Valencia), Be Festival (Birmingham), Scènes d’Europe (Reims) o Gender Bender (Bologna).

En 2015 se estrenó su primer largometraje como guionista y director, La espera, participando en la sección oficial del Festival “Abycine”. Ha estrenado tres piezas en el Centro Dramático Nacional: Juegos para toda la familia, dentro del marco de investigación dramatúrgica Escritos en la escena; F.O.M.O. (Fear of missing out), un espectáculo co-escrito con los integrantes de Colectivo Fango, y Noche Oscura, a partir de la obra de San Juan de la Cruz. Formado también en dramaturgia de danza gracias al proyecto europeo de capacitación ‘Performing Gender: Dance makes differences’, sus últimos trabajos como dramaturgo son Lecciones de vuelo (Centro Cultural Conde Duque, mayo de 2019) y La espera (Sala Negra de los Teatros del Canal, enero de 2021).

ÓSCAR OLIVER

Óscar Oliver nace en Madrid en 1975. Es titulado superior por la RESAD en la especialidad de Teatro de texto. Amplía sus estudios de posgrado en la Fundación First Team. Su carrera se inicia y posteriormente se desarrolla en el ámbito teatral. Entre los montajes más destacados en los que ha trabajado, se encuentran Sangre Lunar de Sanchís Sinisterra, dirigido por Xavier Albertí (Teatro María Guerrero); La fierecilla domada de William Shakespeare, dirigido por Mariano de Paco (Festival de Almagro); y Hombres desesperados, dirigido por Edu Pericas (Nuevo teatro Alcalá). Ha colaborado en numerosas series de televisión como La Valla, Caronte, Desaparecidos, La que se avecina, El incidente, Olmos y Robles, Acacias 38, Centro Médico, El secreto de Puente Viejo, Cuéntame cómo pasó, Matadero, entre otras. Comienza en el cine de la mano de Assumpta Serna y Scott Clerverdon con los cortometrajes A.R.M.A.R.I.O y Ciegos para verse y debuta en el largometraje de la mano de Galder Gaztelu-Urrutia en su ópera prima El hoyo (2019), con gran éxito de crítica en los festivales de Sundance, Sitges y Toronto.

CRISTINA DE ANTA

Cristina de Anta nace en Valladolid y comienza a actuar en la sala Ambigú a manos de la compañía Azar Teatro, formándose paralelamente en el terreno de la danza y la música clásica. Es Titulada Superior de Interpretación Textual por la RESAD, habiendo ampliado su formación en el laboratorio teatral William Layton y en La Abadía, así como en diversos seminarios como “First Team” (Univesidad Rey Juan Carlos). Su trayectoria teatral abarca proyectos de teatro clásico, contemporáneo, teatro foro y performance entre los que se encuentran: Mejor Historia que la nuestra de Lucía Carballal, dirigida por Francesco Carril (Teatro Lara, Madrid); Una obra de boda o Pertenezco a la gente (performance) de Natascha Gangl (Festival Steirischerherbst, Austria); La muerte del Hombre- Ardilla de Sikorska-Miszczuk, dirigida por Raúl Fuertes (Ciclo «Una Mirada al mundo» en el Teatro Valle-Inclán, Madrid); Red (performance) de La Fura dels Baus (Caja Mágica, Madrid); Gaspar Hauser de Peter Handke (Círculo de Bellas Artes, Madrid); Monólogos sobre Shakespeare de José Padilla, dirigido por Mariano Gracia (Teatro de la Abadía, Madrid); La Hermosa Fea, de Lope de Vega, para la Compañía de Teatro Clásico José Estruch (Festivales de Almagro, Olite y Ciudad Rodrigo); o El Bosque de los locos, de Caryl Churchill (Auditorio de Beniaján, Murcia). En el terreno audiovisual, ha participado en varios proyectos entre los que destacan: La Reconquista, de Jonás Trueba (largometraje, 2016) y Love Crisis, de Chus de Castro y Assumpta Serna (cortometraje, 2013).

18 al 28 de febrero de 2021 | HORARIO: De jueves a sábado las 19h30*; domingos a las 19h. | GÉNERO: Teatro | DURACIÓN: 90min | PRECIO: 14€.

Sala Teatro Cuarta Pared
Calle de Ercilla, 17

Intérpretes: Óscar Oliver y Cristina de Anta
Dramaturgia / Dirección: Sergio Martínez Vila
Movimiento escénico: Natalia Fernandes
Diseño de producción: Pablo Villa Sánchez
Creativo técnico / Diseño de luces: Juan Miguel Alcarria, Antonio Colomo
Escenografía: Silvia de Marta
Diseño de vestuario y ayudante de escenografía: Nicolás Augusto



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Fotos: © Emilio Tenorio

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